Una temporada de menos jabalí

Artículo publicado originalmente en el número de abril del suplemento informativo 'Caza en Aragón'.

Los cazadores aragoneses han cerrado la temporada de caza mayor con la impresión de haber vivido "una campaña regular", sobre todo en cuanto toca al jabalí, que bien podría considerarse pieza reina en la actividad cinegética de la Comunidad. En esta ocasión, se abatieron menos ejemplares que en campañas precedentes y la calidad de los trofeos también fue menor.

Han sido varios los factores que han contribuido a que se produzca este efecto. Por un lado, debe apuntarse a la considerable presión cinegética ejercida durante los meses anteriores sobre esta especie, cuya franca expansión se detuvo ante los riesgos de extensión de la peste porcina africana. Por otro, debe señalarse a las adversas condiciones climatológicas sufridas el pasado año, en particular en primavera, durante los meses de cría de los rayones. La fuerte sequía y las elevadas temperaturas soportadas las acusó el jabalí, como lo hizo el resto de la fauna silvestre. El jabalí, en este sentido, a pesar de su contrastada resistencia, no fue una excepción. Dispuso de menos comida en el campo y de menos agua.

La conjunción estas dos circunstancias han derivado en los resultados de la recién concluida temporada de caza mayor en Aragón: menor número de ejemplares abatidos en casi todas las cuadrillas o sociedades de cazadores y una menguante calidad de los trofeos abatidos. La tónica ha sido generalizada, de norte a sur y de este a oeste, desde el Pirineo y sistemas montañosos a las vegas y los regadíos, donde el jabalí encontró menores defensas y una recortada superficie de maíz, ya fuera de primera cosecha o rastrojero.

Miguel Ángel Girón, presidente de la Federación Aragonesa de Caza (FARCAZA), explica que "la temporada que acabamos de cerrar habría que calificarla, en términos generales, de regular. Las batidas de jabalí no han sido, ni muchos menos, tan espectaculares como en campañas precedentes. Se ha notado de modo bastante evidente la presión cinegética que se ha ejercido sobre la especie en meses anteriores, a causa del control que se ha debido llevar a cabo sobre la misma, de acuerdo con la administración autonómica, ante los riesgos de expansión del virus de la peste porcina africana".

"Siendo este un factor importante –continúa explicando Miguel Ángel Girón–, también ha sido relevante la adversa climatología. La sequía y las temperaturas tan altas que se registraron en la Comunidad durante los meses de cría, han jugado su papel en contra del jabalí, como ha sucedido, por otra parte, con el resto de especies silvestres, fueran cinegéticas o no. Creo que estas son las grandes líneas maestras que han definido la temporada de caza mayor en Aragón".

Acaso el contrapunto lo ha fijado el corzo, una especie que sigue su camino de crecimiento en las tres provincias aragonesas. Quizá su cabaña no ha crecido tanto como lo hubiera hecho en unas condiciones climatológicas menos severas; pero los datos de campo, los aportados por los cazadores, indican que el corzo continúa al alza en nuestros montes. De algún modo, ha sabido sortear las adversidades que se le han presentado y las sensaciones obtenidas a lo largo de los meses de la temporada de caza mayor aportan una visión optimista acerca de esta especie.

También continúa conquistando nuevos espacios la cabra hispánica, que se ha acercado al entorno de Zaragoza e incluso ha dado el salto al otro lado del Ebro, una frontera natural que algunos ejemplares han sobrepasado. Su punto más débil lo constituye la enfermedad de la sarna, que se sigue detectando en ejemplares que habitan en zonas tradicionales de cabra hispánica, en particular en la serranías de Beceite y zonas del maestrazgo turolense limítrofes con Cataluña.

En cuanto a la caza menor, son harto conocidos los problemas por los que atraviesa la perdiz, en cuya recuperación está trabajando la Federación Aragonesa de Caza. Por su parte, el conejo ha presentado un panorama ciertamente irregular. En determinadas zonas de nuestra geografía ha habido una gran abundancia, espacios por lo general pertenecientes a municipios incluidos en el Anexo II de la orden de vedas. En otras zonas, por el contrario, ha sido muy escasa su presencia, al igual que ha bajado el número de liebres.

Fedérate Icono de un lápiz