Su contribución social y medioambiental en el mundo rural también es innegable. La cercanía de cazadores y gestores y su conocimiento adquirido en torno a la fauna que habita en los distintos ecosistemas les convierte en actores clave para el control de sobrepoblaciones, el control de enfermedades animales, el cuidado del medio rural, la conservación de hábitats naturales y la biodiversidad.

¿Qué defendemos?

Defendemos la libertad de cazar ante determinados intereses minoritarios que están copando espacios comunicativos y haciendo gran presión en la toma de decisiones que tienen una enorme relevancia para la supervivencia del medio rural. En muchas ocasiones, estas decisiones no tienen en cuenta las consecuencias económicas, sociales y medioambientales, se toman sin ningún apoyo técnico o científico que las sustente y tampoco cuentan con el respaldo de la población española.

Defendemos una actividad de ocio saludable y sostenible, convirtiendo al sector en el colectivo que más invierte en la conservación de las especies cinegéticas y no cinegéticas. Ejemplo: la recuperación del lince gracias a la gestión que se realiza en fincas de caza o el control del lobo, que ha permitido la coexistencia del gran carnívoro con la ganadería y ha permitido su crecimiento controlado en los lugares en los que es especie cinegética.

La mayoría de los españoles muestra preocupación por el abandono del mundo rural y defiende la continuidad de actividades tradicionalmente ligadas a este medio, que han sido y son fuente de riqueza imprescindible para zonas cada día más deprimidas y que son las verdaderas activistas y protectoras del medioambiente y de los ecosistemas. Más de la mitad de los españoles considera la caza como una actividad necesaria y gran parte de la población cree que es generadora de empleo en el medio rural.

La mayoría de la población española no quiere pagar más impuestos para que la Administración Pública se encargue de controlar las poblaciones de fauna silvestre y considera que la caza es una buena herramienta para llevar a cabo ese control.

¿Qué exige el 20-M Rural?

• La retirada inmediata de la futura Ley de Protección y Derechos de los Animales.

• La retirada inmediata del Real Decreto de Núcleos Zoológicos.

• La retirada inmediata del artículo 7.3 a) de la Ley 30/2014, de 3 de diciembre, de Parques Nacionales.

• La recuperación de la caza sostenible de la tórtola para la temporada 2022-2023 en España.

• Revocar la inclusión del lobo dentro del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

• El compromiso del Gobierno Español en la defensa de los intereses del sector cinegético ante las políticas y la legislación de la Comisión Europea y que afectan de forma directa al sector:

• La prohibición del uso del plomo en munición sin otra alternativa viable.
• La prohibición del silvestrismo.
• Agenda 2030 (prohibición de la caza en el 10% del territorio europeo).
• La inclusión de la perdiz, codorniz y zorzal como especies amenazadas en la Lista Roja de la UICN.

• La promoción, difusión y defensa de la actividad cinegética en España como herramienta clave a nivel económico, ecológico y social.

• La participación del sector cinegético en los órganos consultivos en los que se tratan temas que afectan al sector:

• Consejo de la Red de Parques Nacionales
• Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA)
• Consejo Forestal Nacional

• Que la Administración legisle con datos propios y/o de fuentes oficiales sobre el estado de las poblaciones de las especies cinegéticas y no cinegéticas.

• Que las competencias del sector cinegético sean reguladas y dependan en exclusiva del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

• Promover una adecuada utilización del término de ‘empatía con los animales’ en la Ley de Educación donde no se adoctrine a los niños y se ofrezca una visión realista que no difame a la actividad cinegética.

• Catalogación de los perros y otros animales empleados para la caza como animales auxiliares y no como mascotas.